Esta
magnífica exposición estará hasta el 19 de abril, y es una auténtica delicia
visual que no hay que dejar escapar.
La exposición “El retrato en las Colecciones Reales de
Patrimonio Nacional. De Juan de Flandes a Antonio López” es un proyecto propio
de Patrimonio Nacional, ideado en torno a sus colecciones
y que ha desarrollado varias líneas simultaneas: la revisión de los fondos, la
amplia campaña de restauración de las piezas, la catalogación científica de las
obras y su documentación exhaustiva. El
propio tema de la exposición es además identificativo de lo que representa la
institución, la herencia histórico-cultural que custodia. Y toda la labor
que se realizó para esta exposición beneficiara en un futuro al Museo de las
Colecciones Reales.
La muestra que se presenta ofrece
una amplia selección de los mejores retratos conservados en Patrimonio
Nacional, un conjunto importante de pinturas, acompañadas de piezas singulares
de escultura, bronces, tapices, dibujos y grabados, y que explican la
relevancia y variedad de este género desde el siglo XV hasta nuestros días.
En las doce salas que articulan la
exposición se hace un recorrido por la evolución del retrato de corte a lo
largo de 500 años, comenzando con la figura de Isabel la Católica- que da
inicio a la dinastía habsbúrgica- y
terminando con Juan Carlos I y su familia- Casa de Borbón.-
La exposición se divide en dos
apartados, uno dedicado a la Casa de Austria y otro a la Casa de Borbón, y que
están claramente diferenciados por la tonalidad de las paredes; en rojo para la
Casa de Austria y en azul para la Casa de Borbón. En el
primer gran apartado dedicado a la retratística de los siglos XV al XVII, se
han seleccionado piezas fundamentales para lograr una aproximación global al
retrato pictórico de época de los Austrias, incluyéndose también una escultura,
así como varios dibujos y estampas que permiten completar otros aspectos
conexos del género. Además de
imágenes de la realeza, la exposición visualizada del desarrollo del retrato
con la incorporación progresiva de personajes de otros estamentos privilegiados
desde finales del siglo XV. La estructura de este apartado se organiza en
cuatro secciones de acuerdo a la evolución estilística del retrato, desde la
cultura bajomedieval, caballeresca y borgoñona, con un único pero excepcional
ejemplo- el Retrato de Felipe el Bueno-, para pasar por representaciones
renacentistas, aun influidas por el mundo tardomedieval, y llegar a mediados
del siglo XVI a la plena configuración del retrato de corte en torno a unos
modelos muy codificados que, con ligeras variantes, permanecerán hasta bien
avanzado el siglo XVII. Este prototipo retratístico fundamental se configuró en
torno a 1550 con las imágenes realizadas por Tiziano y Moro para la Casa de
Austria española, en las que se conciliaba la captación mimética de la realidad
con la correcta representación de la idea de majestad requerida para el retrato
de estado. En él se repite una serie de pautas similares en cuanto a la pose,
concreción de rasgos e inclusión de elementos
comunes que funcionan como símbolos del poder real, sin necesidad de
otro tipo de alegorías.
En
las primeras décadas del siglo XVII el retrato cortesano español muestra una
continuidad estilística con Pantoja de la Cruz, Bartolomé González o
Villandrando, volviendo a aparecer las formulas desarrolladas desde mediados
del siglo anterior, aunque se que se advierte poco a poco un proceso de
renovación formal y técnico. Pero el verdadero cambio se produce con la llegada
de Velázquez a la corte en 1623. Su extraordinaria habilidad entra de lleno en
la configuración del nuevo retrato cortesano español, vigente hasta finales de
siglo, como demuestran sus sucesores, Martínez del Mazo, Herrera Barnuevo,
Carreño de Miranda, Claudio Coello y Luca Giordano.
Un segundo gran apartado presenta
una selección de los mejores retratos cortesanos de la Casa de Borbón, desde el
siglo XVIII hasta nuestros días, trazando la evolución del género en estos tres
siglos. El advenimiento de Felipe V al trono de España en
1700 trajo consigo la incorporación de retratos y retratistas franceses que
contribuyeron a fijar la imagen del primer monarca Borbón en España. En una
primera sala se explica ese cambio dinástico con las efigies de algunos de los
principales protagonistas de la escena política de aquellos años. En las
pinturas de Rigaud y bustos de Coysevox, las personas reales presentan en sus
poses la teatralidad y afectación del retrato de corte francés. En una segunda
sala están representados Felipe V y tres de sus hijos en pinturas de los cuatro
principales retratistas al servicio de la corte española en este periodo:
Houasse, Ranc, Van Loo y Meléndez. Con
la cercana presencia de bustos marmóreos se establece una interesante relación
entre pintura y escultura que viene además a completar la serie cronológica de
los reyes de España.
Las
dos siguientes salas muestran un variado repertorio de retratos del periodo de
Carlos III. Su efigie como duque de Parma, por Molinaretto, y el emblemático
retrato ya como rey de España y de las Indias, vistiendo el hábito de gran
maestre de su orden, por Maella, se rodean de delicados retratos de algunos
hijos y sobrinos, por Bonito, Liani y Duprá. Una serie de soberbios retratos de
la familia de Carlos III en Italia, por Mengs, evidencia las altas cotas
alcanzadas en la representación de las personas reales en aquel periodo.
Carlos
IV fue representado a lo largo de su vida en numerosísimas ocasiones, como niño
en tierras napolitanas , también como destronado rey padre en Roma y, entre
medias, en España, de príncipe de Asturias a rey de España y de las Indias. De
estas tres etapas de su vida se exponen retratos en una sala presidida por dos
magníficos lienzos de Goya, Carlos IV,
cazador y María Luisa de Parma con mantilla,
obras que permitirían obtener a su autor su nombramiento como primer pintor de
campara en 1799.
Del
retrato cortesano del siglo XIX se reúne una espectacular selección de algunos
de sus representantes más destacados, como Vicente López, Winterhalter,
Federico de Madrazo o Palmaroli, y del reinado de Alfonso XIII destacan los
retratos de Sorolla , Casas y László, que es antesala del impotente cuadro de La familia de Juan Carlos I, por Antonio
López , que viene a dar continuidad a la serie de retratos de la Casa de Borbón
en las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional.
Cuatro
salas son las dedicadas a la Casa de Austria y ocho a la Casa de Borbón. Ahora
profundizaremos en cada una de ellas, pero antes de comenzar quiero dar un
consejo a todos aquellos que se acerquen a ver la exposición : Es muy
importante tener unas nociones básicas de la genealogía de los monarcas
españoles, para poder situar a cada uno de los retratados en el lugar que le
corresponde y saber el porqué de la llegada de los Borbones al panorama
español.
Ahora,
y tras esta advertencia, comenzamos nuestro largo paseo…
SALA 1. DE LA CASA DE
TRASTÁMARA A LA CASA DE AUSTRIA.
El
género retratistico irrumpió con fuerza en la Península Ibérica en el siglo XV,
momento en el que las monarquías reinantes de Castilla, Aragón y Navarra
comprendieron el papel relevante que desempeñaba el retrato para sus intereses
políticos y dinásticos. La imagen del duque
de Borgoña es buena muestra de la sobria herencia del retrato
flamenco-borgoñón que adoptaron los retratos de la dinastía de los Trastámara-
Isabel la Católica- y de los Habsburgo hasta los primeros retratos de Carlos V.
Isabel la Católica. Juan de Flandes, h. 1500-1504. óleo sobre tabla. Palacio Real de Madrid. |
La
gran transformación del género retratistico se produjo con la construcción de
la imagen imperial de Carlos V a partir de 1530 con los pintores Jakob
Seisenegger y Tiziano, pero será Antonio Moro quien, partiendo de las formulas
tizianescas , consiga a través de una técnica y ejecución muy precisas y de
unos volúmenes muy marcados por una iluminación efectista, el modelo de retrato
de estado o de aparato que identificará la dinastía habsbúrgica española,
siendo decisiva su huella tanto en España como en Portugal y Flandes.
Felipe II en la jornada de San Quintín. Antonio Moro, 1560. Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. |
Isabel de Austria, reina de Francia. Jooris van der Straeten, 1573. Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid. Isabel de Austria era hija de Maximiliano II y María de Austria, por lo que era sobrina de Felipe II. |
Don Juan de Austria. Alonso Sánchez Coello, finales 1567. Monasterio de las Descalzas Reales, Madrid. Don Juan de Austria fue hijo bastardo de Carlos V y Barbara Blomberg. |
SALA 2. EL RETRATO DE
CORTE EN LOS REINADOS DE FELIPE III Y FELIPE IV.
En
las primeras décadas del siglo XVII el retrato de corte español muestra una
continuidad estilística con los pintores Juan Pantoja de la Cruz, Bartolomé
González o Rodrigo Villandrando, volviendo a aparecer las fórmulas
desarrolladas desde mediados del siglo anterior, en cuanto a pose e inclusión
de motivos comunes que funcionaban como verdaderos símbolos del poder real, sin
necesidad de otro tipo de alegorías. El cambio se produce con la llegada de Velázquez
a la corte madrileña en 1623, cuya magistral habilidad retratística logra
entrar de lleno en la configuración del nuevo retrato cortesano español que va
a pervivir hasta finales del siglo XVII, como así lo demuestran sus sucesores
en la tarea de efigiar a los Austrias, Martínez del Mazo, Herrera Barnuevo,
Carreño de Miranda o Claudio Coello.
Felipe III. Bartolomé González, 1621. Palacio Real de El Pardo. Felipe III era hijo de Felipe II y su sobrina Ana de Austria ( Hija de Maximiliano II y María de Austria) |
La
modalidad del retrato ecuestre era desde la Antigüedad clásica la imagen emblemática por excelencia
del poder y del buen gobernante que se reservaba a reyes y altos dignatarios,
estando aquí representada en esta sala con un ejemplo excepcional, el retrato
de Don Juan José de Austria a caballo
de José de Ribera.
Don Juan José de Austria a caballo. José de Ribera, hacia 1648. Palacio real de El Pardo. Juan José de Austria era hijo bastardo del rey Felipe IV y de la actriz María Inés Calderón. |
En
estas dos salas comentadas no pude dejar de asombrarme y degustar ópticamente
los retratos masculinos con armadura y los retratos femeninos. Se pueden
comparar las bellas armaduras unas con otras, merece la pena detenerse y
disfrutar cada mínimo detalle de cada una de ellas. Lo mismo ocurre con los
vestidos y joyas que lucen cada una de las infantas y reinas representadas;
cada joya, cada bordado, cada tela representada es digna de ser admirada y no
pasar de lado como si nada por cada uno de ellos.
Margarita de Austria. Bartolomé González, 1621. Palacio Real de El Pardo. Margarita de Austria era la esposa de Felipe III y nieta del emperador Fernando I ( hermano de Carlos I de España). |
Incluso
voy más allá, advierto al que vaya a verla que se fije en la evolución del
retrato infantil. Los primeros se ven en esta segunda sala, y se pueden ir
comparando a medida que se va avanzando en la exposición. Se pasa de un retrato
más bien frío a un retrato que produce dulzura y resulta entrañable, y que
muestran incluso los pies desnudos de los infantes.
SALA 3. LA DEVOCIÓN DE
LOS AUSTRIAS.
La
religión formaba parte de la identidad política de los Austrias, convirtiéndose
la defensa de la fe católica en una de sus principales obligaciones para con
sus reinos. De ahí la importancia que los reyes quisieron dar a sus retratos de
carácter religioso dentro de la iconografía oficial. La modalidad retratística
del rey implorante ante Dios resultó ser una de las significativas, alcanzando
su cénit en los ejemplos escultóricos de los grupos de orantes de Carlos V y
Felipe II de Pompeo Leoni en la basílica de El Escorial, pero también la
colección real cuenta con ejemplos pictóricos interesantes, como los de Felipe
III y Felipe IV expuestos en esta sala, ya que demuestran sus devociones
particulares.
Felipe III rezando ante Nuestra Señora del Consuelo. Alonso del Arco, 1693. Real Convento de Nuestra Señora de los Ángeles. |
En
esta sala también ocupa un lugar los retratos de monjas infantas de la dinastía
de los Austrias o de religiosas de las fundaciones reales de las Descalzas, la
Encarnación , de Madrid, y de las Huelgas de Burgos, que aparecen representadas
de acuerdo con el modelo establecido para las monjas o viudas de la Casa de los
Austrias, con su hábito o toca de viuda, y con los atributos que revelan su
vida dedicada a la oración continua.
SALA 4. LA IMAGEN DE
CARLOS II.
El
reinado de Carlos II se caracteriza por una gran actividad retratística en la
corte madrileña y por una barroquización del género. La débil salud del monarca
trajo consigo la aparición de una iconografía alegórica ligada a la imagen del
poder, con un sentido propagandístico de mostrar continuidad en la institución
monárquica, tema que había estado ausente en la retratística real española,
siendo Mariana de Austria la más interesada en propagar una apariencia de
normalidad en su hijo. La imagen de Carlos II está bien representada en las
colecciones de Patrimonio Nacional, pudiéndose mostrar retratos desde su
infancia, como el dibujo de Sebastián de Herrera Barnuevo, hasta en su
condición de rey, así como las imágenes oficiales de su madre, Mariana de Austria,
y de su segunda mujer, Mariana de Neoburgo, de Carreño de Miranda y Claudio
Coello.
Carlos II. Juan Carreño de Miranda, h.1675. Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Carlos II fue hijo de Felipe IV con su segunda esposa Mariana de Austria. |
Coincidiendo
con el reinado de Carlos II, se pusieron de moda en Italia una serie de
retratos con bellezas femeninas de la nobleza romana, y en esta sala se decidió
exponer dos ejemplos de este tipo de retrato, denominado “belle donne”, de
Jakob-Ferdinand Voet. Ante mis humildes ojos no venían muy a cuento en la sala,
pero no dejan de ser una verdadera maravilla detenerse y ver estos magníficos
retratos.
María Mancini. Jakob-Ferdinand Voet, h.1672. |
SALA 5. EL CAMBIO DINÁSTICO.
A
partir de esta sala comienza la dinastía de los Borbones. Se abandonan las
paredes rojas para pasar a las paredes azules y ver las nuevas fórmulas que
traerá este cambio dinástico.
A
la muerte de Carlos II su testamento declaraba sucesor de sus reinos al nieto
de Luis XIV de Francia, el duque de Anjou, hijo segundo del Gran Delfín. El
emperador Leopoldo I se negó a reconocer a Felipe V como rey de España al considerar que
su segundo hijo, el archiduque Carlos- futuro Carlos VI de Austria- , tenía mas
derechos al trono. Esta pugna por la hegemonía de Europa desembocó en la guerra
de Sucesión española. El lienzo de Felipe
V y su familia combatiendo la herejía( Felipe de Silva, 1710-1711), con el
Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial como símbolo de la Casa de
Austria, nos presenta el conflicto sucesorio como “guerra de religión”, puesto
que, aunque católico, el archiduque estaba apoyado por los “herejes” ingleses y
holandeses.
Alegoría deFelipe V y su familia combatiendo la herejía. Felipe de Silva. 1710-1711. Palacio Real de Aranjuez. |
En
la sala figuran retratos de algunos de los principales protagonistas de esta
escena política de principios del siglo XVIII: Luis XIV y su esposa María
Teresa de Austria, su hijo el Gran Delfín, su nieto Felipe V y su bisnieto Luis
XV de Francia. También nos encontramos con la figura del emperador Carlos VI.
Tanto en las pinturas y los bustos que se nos presentan en esta sala ya vienen cargados de la teatralidad y afectación del retrato de corte francés.
Tanto en las pinturas y los bustos que se nos presentan en esta sala ya vienen cargados de la teatralidad y afectación del retrato de corte francés.
SALA 6. LOS PRIMEROS
BORBONES: DE FELIPE V A FERNANDO VI.
El
advenimiento de Felipe V al trono de España en 1700 trajo consigo la
incorporación de retratos y retratistas franceses que contribuyeron a fijar la
imagen del primer monarca de la Casa de Borbón en España. En esta pequeña sala
están representados Felipe V y tres de sus hijos en pinturas de cuatro de los
principales retratistas al servicio de la corte española en este periodo:
Michel-Ange Houasse, Jean Ranc, Hyacinthe Rigaud y Miguel Jacinto Meléndez,
este último retratista español mas importante del reinado de Felipe V.
Felipe V a caballo. Louis-Michel van Loo, 1737. Palacio Real de La Granja de San Ildefonso. |
Infante Felipe de Borbón. Jean Ranc, 1724. Palacio Real de La Granja de San Ildefonso. Era hijo de Felipe V y de su segunda esposa Isabel de Farnesio. Fue duque de Parma. |
De
la misma manera que en otras salas, donde se conjuga pintura y escultura, el busto de Fernando VI, rey de España, por
Giovan Domenico Oliveri, completa la serie iconográfica de los reyes de España.
SALA 7. CARLOS III: EL
DUQUE DE PARMA A REY DE ESPAÑA Y DE LAS INDIAS.
En
las Colecciones Reales se conserva un variado repertorio de retratos de Carlos
de Borbón, hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio, tanto en sus años de infante
en España, como cuando fue duque de Parma, más tarde rey de Nápoles y Sicilia,
y, finalmente, rey de España y de las Indias con el nombre de Carlos III.
En
esta primera sala, primera de las dos que se dedican al retrato de corte de
este periodo, se presentan retratos de don Carlos como duque soberano de Parma
y , ya como monarca de España, vistiendo el hábito de gran maestre de su orden.
También una selección de retratos de algunos de sus hijos, realizados en
Nápoles por Giuseppe Bonito y Francesco Liani, y un par de lienzos que forman
parte de una amplia serie de retratos de niños, hijos de la infanta María
Antonia Fernanda, pintada por Giuseppe Duprá y enviada a España por los duques
de Saboya.
Carlos III como gran maestre de su Orden. Mariano Salvador Maella, 1784. Palacio Real de Madrid. Hijo de Felipe V con Isabel de Farnesio. |
Infanta María Isabel de Borbón. Giuseppe Bonito, 1748. Real Palacio de El Pardo. Hija de Carlos III y de María Amalia de Sajonia. |
Aquí,
como en otras salas, se exhiben retratos pictóricos y en esta ocasión en tapiz.
Una singular pareja de retratos en tapiz realizados en hilos de seda y plata
por Piero Duranti, y que representan a Fernando VI y María Carolina de Nápoles
copiadas de unos desaparecidos lienzos ovalados de Giuseppe Bonito.
En
esta sala, en la anterior y en la que está por venir es donde se puede ver esa
evolución del retrato infantil que antes mencionaba. Conviene guardar en la
retina lo que se ha visto en la sala dos para poder compararlo con estás tres
salas de la Casa de Borbón.
SALA 8. CARLOS III:
RETRATOS ITALIANOS DE MENGS.
Anton
Raphael Mengs, uno de los más destacados retratistas del siglo XVIII, pintó en
España diversos retratos de la Familia Real: varios del rey Carlos III, otra
póstuma de la reina, también de los príncipes de Asturias e infantes, incluso
del infante don Luis, hermano del monarca.
Estando
en Italia entre los años 1769-1774, Mengs realizaría, como pintor de cámara,
retratos de las familias de dos de los hijos del monarca español establecidos
allí. En Florencia pintó cinco lienzos de la familia de la infanta María Luisa
de Borbón, gran duquesa de Toscana, representada en esta sala en una obra
inacabada. Y en Nápoles retrataría más tarde al rey Fernando IV, a su esposa
María Carolina y a la hija de ambos, María Teresa de Borbón (princesa de
Nápoles).
Fernando IV de Nápoles. Anton Raphael Mengs, 1772-1773. Palacio Real de Aranjuez. Hijo de Carlos III y de María Amalia de Sajonia. |
Completando a los retratos pictóricos, les acompañan una pareja de biscuits de porcelana ovalados que muestran los perfiles de los reyes de Nápoles realizados en la Real fabbrica della Porcellana di Napoli o Real Fabbrica Ferdinandea, establecida por Fernando IV en 1771.
SALA 9. CARLOS IV.
Carlos Antonio de Borbón- rey Carlos IV de España y
de las Indias- nacido en Portici y
muerto a los setenta años en Nápoles , fue representado a lo largo de su vida
en numerosísimas ocasiones, como en niño en tierras napolitanas, también como
destronado rey padre en Roma y, entre medias, en España, siendo primero
príncipe de Asturias y después monarca. De estas tres etapas de su vida se
exponen varios retratos en esta sala, y más de sesenta años distan entre la
representación alegórica-mitológica de Giuseppe Bonito y las de José de Madrazo
y Juan Bauzil, esta última con el rey de espaldas. Pero de todos los artistas
que representaron a Carlos IV ya a su esposa María Luisa de Parma destaca sin
duda Francisco de Goya, que en otoño de 1799 emprendió una serie de soberbios
retratos de la pareja que le valdría su nombramiento como primer pintor de
cámara el 31 de aquel mismo año.
Carlos Antonio de Borbón como Hércules Niño. Giuseppe Bonito, h.1750. Palacio Real de El Pardo. Hijo de Carlos III y María Amalia de Sajonia. |
Carlos IV, cazador. Francisco de Goya, 1799. Palacio Real de Madrid. |
María Luisa de Parma con mantilla. Francisco de Goya, 1799. Palacio Real de Madrid. Esposa de Carlos IV, era nieta de Luis XV de Francia. |
Carlos IV de espaldas. Juan Bauzil, 1818. |
Carlos IV, rey padre. José de Madrazo,h.1825. Palacio Real de Aranjuez. |
SALA 10. DE FERNANDO VII A ALFONSO XII.
Con
la formación del Real Museo de Pintura y Escultura, numerosos retratos fueron
transferidos de los palacios reales al edificio de Juan de Villanueva en el
Paseo del Prado de Madrid, con el fin de mostrar una completa y variada serie cronológica
de los reyes de España y de otros soberanos de Europa. sin embargo, los
retratos del siglo XIX se ha mantenido
en buena parte en las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional, componiendo
este conjunto una sobresaliente representación de este género a lo largo de
esta centuria, con el paso del absolutismo a la monarquía constitucional. Ese
proceso político, y el propio desarrollo de la pintura, llevaron a una
evolución en el planteamiento del
retrato de corte que va más allá de los cambios experimentados en la moda. En
algunos retratos de aparato se mantienen los símbolos de la majestad o se
representan espacios emblemáticos de la Monarquía, como el Salón del Trono en
el Palacio Real de Madrid, mientas que en otros retratos se adoptan poses que
no se diferencian de los modelos en ciertos retratos aristocráticos o de la
alta burguesía.
Esta
sala, al igual que la segunda, es un despliegue de belleza. Los retratos
masculinos y femeninos son para parase en cada uno de ellos y admirar la
calidad de sus texturas, cómo representan las joyas, las telas, los bordados,
etc. Son retratos llenos de luz, que nos muestran unos personajes en toda su
solemnidad, pero que también nos pueden mostrar su lado más cercano.
María Isabel de Borbón, "La Chata". Vicente Palmaroli, 1866. Palacio Real de Madrid. Hija de Isabel II y Francisco de Asís de Borbón. |
El rey consorte Francisco de Asís de Borbón. Federico de Madrazo, 1850. Palacio Real de Madrid. |
Se
completa la sala con tres esculturas: dos bustos de Francisco Pérez del Valle
que representan a Isabel II (1847) y
al rey consorte Francisco de Asís de Borbón
(1848), y a Alfonso de Borbón, príncipe
de Asturias, a caballo ( Venancio Vallmitiana, 1864).
SALA 11. ALFONSO XII.
Rey
de España desde su nacimiento hasta la proclamación de la Segunda republica en
1931, de Alfonso XIII y su Real Familia se conserva un variado y nutrido
repertorio de retratos en Patrimonio Nacional y entre los bienes privados de
Juan Carlos I. del conjunto se exponen en esta sala unos significativos
ejemplos que nos llevan de la oficialidad del Salón del Trono del Palacio Real
de Madrid en el soberbio retrato de aparato de su madre, la reina María Cristina de Habsburgo- Lorena (
José Moreno Carbonero, 1906), a los retratos del monarca al aire libre, en los
lienzos de Ramón Casas y Joaquín Sorolla, en este último vestido de húsar,
reflejo de su afición a los uniformes militares y a la vida castrense. Los
elegantes retratos de su bella esposa la reina doña Victoria Eugenia de
Battenberg y de su hijo el infante Juan de Borbón, por el húngaro Philip
Alexius de László, y el soberbio grupo en mármol blanco y bronce patinado de
Mariano Benlliure (1906), manifiestan las altas cotas alcanzadas en el retrato
a comienzos del siglo XX en la corte española.
Reina María Cristina de Habsburgo-Lorena. José Moreno Carbonero, 1906. Palacio Real de Madrid. Fue la segunda esposa de Alfonso XII y madre del futuro Alfonso XIII. Era tataranieta de Carlos III. |
Alfonso XIII con uniforme de húsar en los jardines de La Granja.Joaquín Sorolla, 1907. Patrimonio Nacional, Colección privada de Juan Carlos I. |
SALA 12. JUAN CARLOS I.
El príncipe de Ensueño,
por Salvador Dalí, y , sobre todo, el gran cuadro La
familia de Juan Carlos I, por Antonio López, se alzan en esta última sala
como verdaderos hitos en la retratstica del que fue rey, y que nos llevan de la
transición democrática al final de su reinado, suponiendo este último lienzo la
culminación en pleno siglo XXI de la gran tradición española en la retratística
de las familias reales.
La
familia de Juan Carlos I fue encargado por Patrimonio Nacional a finales de
1993 y para la realización de este emblemático retrato de grupo el pintor se
sirvió de fotografías tomadas a la Familia real en diversas sesiones. Un cuadro
que ha tardado en terminarse 21 años y que ha sufrido modificaciones a lo largo
de estos.
Invito
al espectador a fijarse en este cuadro. Yo como restauradora, no paro nunca de
fijarme en ciertos aspectos cuando miro un cuadro, y en este caso me parece
interesante por varios motivos: se pueden ver anotaciones a lápiz en el lateral
izquierdo, la cuadricula a lápiz que traspasa el óleo o las líneas del dibujo
subyacente. De esta forma se puede ver la técnica y la forma de trabajo de un
pintor.
La familia de Juan Carlos I. Antonio López García, 1994-2014. Patrimonio Nacional, Palacio Real de Madrid, Colección Real de Juan Carlos I. |
Patrimonio
Nacional muestra en con esta exposición algunos de los mejores retratos de los
grandes maestros de estos últimos 500 años conservados en las Colecciones
Reales, recordando la importancia de su presencia en determinados espacios
representativos y devocionales de los palacios y monasterios reales de donde
proceden todas las piezas que se exhiben.
Vía
|
Patrimonio
Nacional, Exposición “El Retrato en las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional. De Juan de Flandes a Antonio López.
Visita virtual de la exposición.
Más
información |
Catálogo de la exposición El Retrato en las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional. De Juan de
Flandes a Antonio López, Patrimonio Nacional servicio de publicaciones,
2014.
Salas
Merino, V., La Genealogía de Los Reyes de
España, Editorial Vision Net, 2008.
Hola Estefanía:
ResponderEliminarBuscando información sobre pintura española y sobre las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de Madrid di con tu blog y me he quedado maravillado con toda la información que tienes. Gracias por compartirla. A mí me ha sido muy valiosa.
Mi nombre es José Tadeo Tápanes Zerquera, pero todos me llaman Tadeo. Estoy escribiendo una novela histórica y mi personaje visitó el Prado y la academia de Artes Plásticas de San Fernando, y también estuvo curioseando en la Séptima edición de las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes de Madrid de 1871. ¿Podrías tú ayudarme con información que pueda servirme para mi novela, respecto de esos 3 lugares entre 1871 y 1872. Aunque ya escribí el capítulo donde hablo de todo esto, seguro que tú podrás aportarme mucha más información. Si te animas a ayudarme, escríbeme a josetapanes@hotmail.com Te doy las gracias de antemano. Atentamente:
Tadeo